Robert Mapplethorpe, la perfección de la controversia.
- A. Bravo
- 5 nov
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Actualizado: hace 4 días
El pasado 3 de noviembre, nuestro socio y amigo Enrique Maciá nos deleitó con una completa charla acerca del fotógrafo clásico Robert Marpplethorpe.
Robert Mapplethorpe es una de las figuras emblemáticas de la fotografía del siglo XX. Abordó temas controvertidos y tabúes para la época en la que vivió, por lo que se le ha considerado cuando menos un provocador, cuando quizá lo que pretendía era forzar algunas reflexiones, o también quizá fuese una estrategia de “imagen”, cosa por otra parte común en los artistas de las décadas de los 70 y 80 del pasado siglo, en muchos de los cuales el aura de personaje que creaban en torno a ellos tenia tanta importancia como la obra en si misma.
Sin embargo, es un artista completo y complejo, con una solida formación e influido por la tradición clásica y el minimalismo. Su estilo combina a la perfección el glamour, la seducción y los contrastes.
Por eso, es injusto hacer una lectura superficial de su obra, quedándonos solo en la parte controvertida o provocativa o escandalosa de su producción, que la hubo, porque Mapplethorpe es mucho mas que esto. Pero, en el mundo es el que es, y ¿para que vamos a preocuparnos de una buena fotografía, desde el punto de vista artístico, técnico y conceptual, si tenemos un buen escándalo a mano?
Pero, como el escándalo es lo más conocido o lo que muchas veces queda en la memoria colectiva, vamos a empezar por esto y luego repasaremos el resto de aspectos de su obra. Comencemos por la controversia.
Desde siempre, Mapplethorpe había tenido curiosidad por el homoerotismo y el sadomasoquismo, cosa que muchos críticos e historiadores atribuyen a los conceptos de culpa, penitencia, expiación, etc, inculcados por la educación católica que tuvo. Era hijo de una familia de origen irlandés muy católica y existen testimonios, fotografías e incluso películas super-8 de la familia en la que se ve la importante vida parroquial que tuvo en su infancia. Estos principios morales, el bien y el mal, el pecado y la expiación, el sufrimiento para alcanzar la perfección, etc … están muy presentes en esta confesión religiosa, puede que marcaran a un espíritu infantil un tanto obsesivo y creativo, por que la obsesión por la imagen perfecta en su trabajo fue una de sus características personales.
Según algunos críticos el resultado pudo ser una mezcla evocadora entre lo sagrado y lo profano, manifestándose el cuerpo humano como un objeto de culto, de deseo, de fragilidad y de mortalidad, con imágenes que tienen una tensión entre el pecado y la redención. Tuvo además una formación artística solida y estudió a los clásicos y, dado que a iconografía católica ha proporcionado muchas imágenes de martirios, tormentos o mortificaciones pudiese haber influido en ello. Son obras que conocería, no solo en su educación, sino como estudiante de Bellas Artes, y es posible que alguna influencia tuviese y lo acabase de alguna manera reflejando en sus obras.
En 1978 publica el Portfolio X. Su temática era homoerótica y sadomasoquista, incluso utilizó modelos de cine pornográfico gay. Algunas imágenes eran explicitas, si bien no eran imágenes reales, sino recreaciones de carácter sexual. El Portfolio X pasó desapercibido para el gran publico. Se trataba de una elegante caja de cartón de forrada en negro, con tan solo una X por fuera y sin ninguna otra referencia, que contenía las reproducciones a gran calidad de las fotografías. Circuló en medios artísticos (galerías, tiendas especializadas, etc) lo que hizo que no tuviese mas trascendencia fuera de estos ambientes artísticos.
En 1988, cuando ya estaba en la cumbre de su carrera y había realizado mas de 40 exposiciones internacionales individuales, la Corcoran Gallery of Arts, que entonces era el museo mas antiguo de Washington, le propuso una exposición retrospectiva que mostrara lo que había sido su recorrido como fotógrafo hasta ese momento. No le puso ninguna directriz en cuanto al tipo de fotografía o a la temática y Mapplethorpe incluyo entre las ciento y pico de fotografías no mas de 15 de temática “sexualmente sugestivas”, como él las denominaba. Cuando trascendió a círculos políticos la Corcoran recibió importantes presiones, por lo que decidió no realizar la exposición que iba a inaugurarse el 1 de Julio de 1989, inauguración a la que Mapplethorpe no hubiese podido asistir porque murió en Marzo de ese año.
La respuesta de los círculos artísticos de la capital no se hizo esperar y fue variada. Por ejemplo Lowell Nesbitt Blair, un pintor amigo de Mapplethorpe, que en ese momento ya era también un artista consagrado y cotizado y que en su testamento donaba a cantidad de 1,5 millones de dólares a la Corcoran, amenazó con retirar el legado si no se realizaba la exposición y como la galería no cambió de idea, lo acabó donando a la Colección Phillips, también de Washington, en la que trabajó en su juventud como vigilante nocturno y que había sido una gran fuente de inspiración para su obra, según refería.
La comunidad artística de Washington organizó durante algunos días una proyección de diapositivas, con las imágenes de la exposición, sobre la fachada de la Corcoran, que fueron un gran éxito de publico.
O, por citar alguna reacción mas, el Proyecto Washington para las Artes, una pequeña organización sin animo de lucro que tenia una galería que tenía unas 40 visitas a la semana acogió la exposición y, solo el primer fin de semana, recibió 4000 visitas.
En 2014 la Corcoran Gallery of Art quebró y cerró sus puertas, repartiéndose sus fondos por diferentes museos de la ciudad. La obra de Robert Mapplethorpe seguirá viva para siempre.
Otra nueva “incidencia” ocurrió en 1990 cuando el National Endowment for the Arts, una agencia federal para la promoción de las Artes organizó “Robert Mapplethorpe: The Perfect Moment”, una exposición itinerante que circuló por 9 importantes museos norteamericanos, empezando por el Centro de Arte Contemporáneo de Cincinnati. La exposición incluía algunas imágenes explícitas del X Portfolio. Aunque su trabajo ya había sido mostrado en otras exposiciones financiadas con fondos públicos, la American Family Association aprovechó esta ocasión para oponerse al apoyo del gobierno a lo que llamaban "nada más que la sensacional presentación de material posiblemente obsceno". Como resultado de ello, Mapplethorpe se convirtió en un referente para ambos lados de la "Guerra Cultural Americana". La exhibición de “El momento perfecto” en Cincinnati dio lugar al procesamiento del director del Centro de Arte Contemporáneo de Cincinnati, Dennis Barrie, bajo la acusación de "obscenidad y pornografía infantil", aunque en la muestra no había imágenes de niños. Finalmente, tanto Barrie como el Centro de Arte Contemporáneo fueron absueltos.
Robert Mapplethorpe había nacido en Nueva York en 1946, en el seno de una familia católica de origen irlandés y de clase media acomodada. Desde niño manifestó aptitudes artísticas por lo que finalmente estudió pintura, escultura y diseño en el Instituto Pratt de Brooklyn, centrando finalmente su interés en la pintura y los collages. Salvo como elemento de estos últimos, en sus años universitarios no se interesó por la fotografía. No usaba fotos hechas por él, sino que recortaba fotografías de distintas procedencias, libros, revistas, incluso usaba fotografías completas, pero nunca hechas por él. Solía decir que le gustaban como objeto: “Me gustan las fotos cuando las sostienes en la mano”.
A principios de los años 70 empieza a hacer sus propias fotos con una Polaroid, que al parecer le regaló una vecina del Chelsie Hotel, donde vivía. En principio la idea era hacer sus propias fotos para usarlas en sus collages, pero finalmente acaba descubriendo la imagen fotográfica en si misma y empieza su carrera como fotógrafo. Realmente se dedico a la fotografía apenas 20 años.
Las primeras fotografías las hace en su propio entorno, a su pareja Patti Smith con la que vivió en el Chelsie Hotel desde finales de los 60 hasta finales de los 70, a algunos amigos, a flores (tema que le interesaría toda su carrera) y a él mismo.
Nunca dejo de hacerse autorretratos.
En 1973, apenas dos o tres años de empezar a hacer fotografías, expuso sus Polaroids en la Light Gallery de NYC. La invitación que envió es un autorretrato suyo realizado con la famosa Polaroid. Por eso sabemos que era una 350. Como curiosidad decir que, en la fecha de esta presentación, esa invitación podía adquirirse en Sotheby's por 8.500 dólares. En 1975 ya adquiere una Hasselblad 50.
Mapplethorpe tenia una solida formación artístico, con una gran influencia minimalista y de los artistas clásicos, desde la escultura helénica al siglo XIX. Esto se ve en muchas de sus obras, entre las que podemos citar Gasa Blanca de 1984 o Retrato de Patti Smith de 1988, con claros paralelismos con Rodin y Durero respectivamente.
Le obsesionaba la belleza y pretendía plasmas su ideal de belleza y representar el deseo, captando la esencia emocional del sujeto, fuese este el que fuese. Para ello planificaba meticulosamente la construcción de la imagen. No dejaba nada al azar. Utilizaba una meticulosa técnica fotográfica, con una atención maníaca del detalle y del control de la luz.
La composición, muy estudiada siempre, era de corte minimalista y de inspiración clásica, buscado la perfección geométrica. Coincidía como los filósofos griegos en la idea de que la belleza se basa en los números, la belleza es armonía y la armonía es geometría y aritmética.
Mapplethorpe fue una excelente retratista. En general son retratos minimalistas, pocas veces hay algo mas que el sujeto. En blanco y negro y contrastados, solo con la luz intenta encontrar la esencia del personaje retratado, ir más allá de la pura imagen. El decía: “Mi objetivo es trascender el sujeto … para que la composición, la iluminación, todo alrededor, alcance un cierto punto de perfección”.
También se retrato a si mismo. Se fotografió desde sus comienzos en los 70 hasta casi sus últimos días. Sus autorretratos son uno de los aspectos más íntimos y emblemáticos de su obra en la que explora su propia identidad. Son herramientas de introspección.
Aparte del ya mencionado Portfolio X hizo dos más, llamados Y y el Z.
El Portfolio Y esta dedicado al estudio del cuerpo humano. Son desnudos masculinos y femeninos, predominando los hombres negros. Mapplethorpe decía que veía las cosas “… como esculturas, como formas que ocupan un espacio.” Y lo cierto es que las fotografías de este portfolio recuerdan, en pose, iluminación y estudio de formas, volúmenes, etc a estatuas grecorromanas.
El Portfolio Z esta dedicado a las flores, que consideraba eran una metáfora de la belleza, la fragilidad y la sensualidad, así como símbolos universales de concepto de dualidad que le interesaba (La vida y la muerte, la belleza y la fugacidad, el masculino y el femenino …). Sus flores hablan de nostalgia, intimidad y de la esencia de la vida. Para él no eran sólo objetos bellos, sino seres que desprendían sensualidad.
A través de su lente, una simple orquídea podía irradiar la fuerza de un abrazo apasionado.
Las fotografiaba de una forma muy precisa usando la luz, la sombra y las texturas.
Mapplethorpe murió en un hospital de Boston en marzo de 1989 a consecuencia de complicaciones relacionadas con el SIDA. Un año antes de su muerte, había creado la Robert Mapplethorpe Foundation Inc., con la idea de que esta fundación protegiera su obra, impulsara su visión creativa y promoviera las causas que le importaban. En este sentido, desde su creación ha recaudado y donado millones de dólares a la investigación médica en la lucha contra el sida y la infección por el VIH.
La Fundación actúa como albacea de su patrimonio oficial, promocionando su obra en todo el mundo y cuidando el uso de su legado.
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